SOBRE LA MARCA
El saber hacer de CAMPOS se remonta a principios del siglo XX y es la herencia que dejaron dos familias de Bermeo, pioneras y autodidactas.
Las Campos fueron mujeres de carácter, matriarcas y adelantadas a su tiempo. Cabe destacar que, en un pueblo como Bermeo, en el que todas las familias tenían mote, ellas y sus maridos fueron conocidos sencillamente como “Campos”. Con las dificultades de una época dura, comenzaron su andadura a principio de siglo en una lonja del mismo puerto de Bermeo, aunque no sería hasta 1921 cuando construyeron su fábrica y la marca adquirió una dimensión mucho más comercial.
Los Astorquiza por su parte fueron pioneros en el desarrollo de maquinaria y mercados con Miguel Arto al frente. Éste, a pesar de ser sordo, se desenvolvía con naturalidad en las subastas de pescado gracias a la ayuda de su hijo Norberto, que desde los 11 años le acompañó a la lonja.
Sus historias se unieron en 1991, tras las inundaciones y pérdidas sufridas por el pueblo de Bermeo en agosto de 1983 y una época económica complicada. Ambas familias decidieron apostar por una empresa más fuerte y competitiva. Fruto de esta unión nació la Sociedad Alimentaria Campos y Astorquiza, SALICA, con el fin de crear una nueva planta de producción más moderna y competitiva.