A la hora de elegir un vino, el tiempo también es un factor importante. Cuando llega el verano, el cuerpo nos pide vinos blancos, rosados, espumosos, tintos jóvenes y afrutados.
Al consumirlos más frío propicia que sean los favoritos, y sus sabores acompañan los platos más ligeros típicos de esta estación.
Ensaladas
Lo ideal es un maridaje con vinos blancos sin madera, aunque los finos y cavas también funcionan bien con el acético y la acidez cítrica.
Pescados y mariscos
Aunque el pescado combina a la perfección con vinos blancos, el tinto también puede ser una opción dependiendo del tipo de pescado y de su guarnición.
Platos salados
Importante saber que los vinos con taninos no van bien con la sal. Unas anchoas o mariscos y crustáceos pueden ir acompañadas con un fino, un cava o un albariño.
Steak tartar
Este plato ha aumentado su fama hasta convertirse en un manjar durante todo el año, pero es por sus ingredientes que cobra más fuerza en la época estival.
Por estos motivos, y dado que es un plato fresco, escoge un vino a baja temperatura también. Blancos con baja acidez y espumosos son el mejor acompañante.
Paella
Los rosados son una apuesta segura para este plato típico español. En el caso de la paella valenciana sería más recomendable un vino tinto con poca crianza, pero potente y equilibrado, aunque también va bien un vino blanco de gran fuerza aromática para acompañar al sabor intenso del arroz. Para el arroz de pescado te aconsejamos que optes por un vino blanco.
Ensaladilla rusa
Se recomienda un vino tinto, cálido y denso y que no pierda potencia con el aceite y contrarreste al frío de este plato.
Gazpacho
Para esta famosa sopa de tomate y otras verduras, un vino rosado aromático y sabor a frutas del bosque. También funcionará bien un Rioja con mucha personalidad para incrementar el sabor del tomate.
Sushi
El mejor maridaje para este plato famoso oriental sería un vino blanco, pero no todos los blancos. Este deberá ser fresco, afrutado y aromático.
Barbacoa
Otro clásico del verano. Dependiendo de la carne, el vino tinto puede expresarse en todo su esplendor. Puede valernos tanto una copa de vino tinto afrutado, como una de reserva. Podríamos seguir la regla más es más, a mayor calidad de la carne mayor calidad del vino para acertar.
Cuando escogemos carnes rojas no está demás tener a mano buenos tintos. Las uvas tempranillo y garnacha deben venir a tu mente nada más hayas hecho el pedido en la carnicería. Si por otro lado, estás planificando una barbacoa informal y de carnes ligeras, abre el abanico a tus comensales para que puedan elegir entre los tintos y algún vino frío rosado.
Postres
Para los helados de chocolate, un vino dulce y macerado con cáscaras de naranja. Chocolate y naranja son buenos compañeros.