El enjuague bucal está ganando usuarios, que buscan completar su rutina de higiene dental y quieren combatir el mal aliento y la proliferación de bacterias. Su uso correcto puede reducir las bacterias.
El enjuague es el paso que sigue al cepillado con dentífrico, del que hablamos en esta entrada. Aprendemos las buenas prácticas del cepillado en la infancia. Como adultos, seguimos siendo conscientes de la importancia de cepillar los dientes 3 veces al día, sobre todo después de las comidas.
El uso de un enjuague bucal, o colutorio, suele introducirse en la etapa adulta, cuando el dentista empieza a diagnosticar el desgaste del esmalte, la caries y la placa. Su uso debe ser gradual y seguir las instrucciones del dentista.
Beneficios del enjuague bucal para la salud dental
El colutorio tiene varias ventajas y beneficios para la salud bucal, complementándose con el hilo dental, ya que llega más lejos que el cepillo. Las encías y la lengua, pero también los espacios entre los dientes que son difíciles de acceder, son lugares de asentamiento de bacterias, que deben controlarse.
Bacterias, placas y encías
El colutorio de uso diario tiene que cumplir varias tareas. Antes que nada, debe tener un efecto antibacteriano. En concreto debe eliminar entre otras, las bacterias que causan halitosis. Además, debe eliminar la placa. La protección de las encías también esta incluida en la lista de tareas.
Cuando utilizar el enjuague
Que el enjuague se utilice después del cepillado, parece obvio. Por si esta orden necesitara más argumentos, podemos añadir que los enjuagues por su acidez, convienen para equilibrar el pH de la boca justo después del cepillado, que es cuando su pH es más alcalino.
¿Con o sin alcohol?
Esta pregunta ha surgido en varias ocasiones. Hay dentistas que recomiendan colutorios sin alcohol, argumentando que el alcohol no tiene un efecto antiséptico en sí y puede causar una sequedad excesiva en la boca. Esta sequedad en consecuencia ayuda la proliferación de las bacterias.