El chocolate a la taza es una de las bebidas más consumidas en invierno. Desayunos y meriendas le reservan un sitio de honor en la mesa.

 

El chocolate es un alimento que se consume durante todo el año. Bombones, cremas, helados, bizcochos y salsas de chocolate son solo algunos de los productos de chocolate que consumimos. Sale con cierta frecuencia en las noticias, tanto por sus beneficios para la salud y el alma, como por sus calorías. Como es el caso con todos los alimentos, se recomienda un consumo responsable.

 

Leche, especias y nubes

El chocolate se prepara con la manteca de la nuez del cacao. Se prepara con leche o agua y se añade azúcar y especias a gusto. Entre las especias más utilizadas están la canela, el clavo y la nuez moscada.

Además, se le puede añadir nata montada o nubes para un toque más dulce. Disfruta de especial éxito el chocolate a la taza mezclado con un café corto. Realza sus propiedades estimulantes, pero sobre todo es una fusión de aromas perfecta para el invierno.

Podemos ubicar su expansión por Europa en el siglo XVIII. El consumo se facilitó también gracias un nuevo método, que permitió convertir el cacao en tableta.

Mientras que en verano se ha puesto de moda el chocolate frío, en invierno se prefiere una taza de chocolate caliente, densa y cremosa.

 

La preparación del chocolate a la taza

Su preparación es muy sencilla. Una de las claves es, no podría ser de otra manera, un chocolate de buena calidad, con un alto porcentaje de cacao. Leche en polvo y almidón aportan una textura cremosa y aterciopelada.

Según preferencia, se calienta la leche o el agua. Mientras se calienta, se le añade el chocolate troceado. Es importante seguir removiendo el chocolate hasta que llegue a ebullición.

A continuación, se retira del fuego y se deja reposar antes de servir.

 

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