Dulces sanos: año más saludable
Una de las maneras más sabrosas de comenzar el año es probando dulces sanos. Llevar un estilo de vida saludable no significa renunciar a tus antojos. Si cuentas las calorías, no necesitas negar los dulces, sino cambiar la selección.
Aprendiendo a cuidarse de las delicias
El mercado está saturado de dulces, golosinas y postres procesados con un alto contenido de azúcar. Las ofertas de deliciosos pasteles, bocadillos y galletas son tan variadas como atractivas. Sin embargo, la propagación de trastornos y enfermedades relacionados con este consumo es causa suficiente para pensar en alternativas nutritivas, energizantes, saludables y sabrosas.
A la caza del postre perfecto
Como resultado, los viajes al mercado y al súper se han convertido en una búsqueda de nutrientes clave como las proteínas y las fibras, bajos en carbohidratos y cero azúcar; sin lácteos ni gluten, si es posible, ¡ay!, pero dulces. Todo ello listo para servir y zampar. Si la suerte se queda corta, nos conformamos con los ingredientes para preparar recetas simples: brownies sin chocolate, galletas sin harina o postres crujientes y dorados sin hornear.
Una nueva cultura alimenticia
Nuevos libros de recetas, un nuevo arte de cocinar, miles de consejos y cursos, así como tiendas de alimentos naturales. Estos recursos están a disposición de una cocina diferente, tanto en los ingredientes que se utilizan como en la forma de preparar los alimentos. Esta tendencia alcanza a los dulces también.
Las frutas
Los dulces sanos por naturaleza son las frutas. Contiene azúcares naturales, no perjudican y son beneficiosas para la salud. Basta una ración de frutas tan dulces como la uva, la fresa o el plátano. Si tu paladar se ha acostumbrado a experiencias más intensas que no quieres sacrificar por el momento, una forma de lograr un equilibrio entre la ingesta de dulces y una alimentación sana es hacer de las frutas la base de los postres.
Los aliados de las frutas y de las personas
El chocolate negro y las nueces son aliados perfectos de las frutas y del organismo. También lo son el yogur griego, el aceite de oliva como sustituto de la mantequilla, la harina de trigo integral, el cacao, el café y algunos tipos de queso, tales como el Neufchatel. Estos no dejan de ser unos pocos ejemplos a manera de ilustración. A veces es suficiente con consumirlos por separado. Una sabia combinación y cocción puede deleitar al dulcero más exigente.