El apio es conocido también como Apium graveolens. Graveolens ya nos indica que tiene un aroma fuerte.

Verdura y especia a la vez

Si el apio florece, produce semillas que se utilizan para hacer vinagre de apio, un condimento popular en el siglo 18. Es la parte inferior de la planta que se utiliza para hacer la sal de apio, ingrediente imprescindible en el Bloody Mary clásico. Para hacerlo, simplemente hay que moler algunas semillas de apio y mezclarlas con el doble de sal marina.

Orígenes del apio

El apio se cree que es originario de la cuenca mediterránea. Su cultivo con fines medicinales se sitúa desde 850 ANE. Sus atributos curativos se atribuyen a toda la planta, pero sobre todo a la semilla. En Ayurveda la semilla se utilizaba para el tratamiento de los siguientes malestares: resfriados, gripe, retención de líquidos, mala digestión, varios tipos de artritis y enfermedades del hígado y el bazo. Se han encontrado guirnaldas tejidas de apio silvestre en tumbas egipcias.

El apio fue considerada una planta sagrada en la época clásica de Grecia y fue usado por los ganadores de los Juegos de Nemea, parecido al uso de hojas de laurel en los Juegos Olímpicos. Los Juegos de Nemea se llevaron a cabo cada dos años, a partir de 573, en la pequeña ciudad de Nemea en el sur de Grecia, en la península Poloponnes.

Aunque el origen del apio se sitúa en el Mediterráneo, parientes indígenas «salvajes» del apio se encuentran en zonas tan variadas como el sur de Suecia, las Islas Británicas, Egipto, Argelia, la India, China, Nueva Zelanda, California y porciones más austral de América del Sur.

 

Tipos de apio

Los más conocidos son los apios amarillentas, blancas y verdes o Pascal. En Estados Unidos se prefiere el apio verde, consumido crudo y como alimento bajo en calorías para perder peso. En Europa se come tanto crudo como cocido. Las hojas aromáticas añaden sabor y se utilizan para decorar los platos.

 

 

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