Cava, cuevas y enoturismo

El cava no debe faltar en ninguna celebración. Pero no siempre tiene que venir a casa. Haciendo enoturismo, podemos ir a los sitios conocidos por sus cavas.

Enoturismo también se conoce como turismo enológico. Está estrechamente relacionado con el turismo gastronómico y cultural. Su destino son las zonas en las que se producen los vinos, o zonas vinícolas. En España abundan los destinos de enoturismo, con su rica historia y paisajes emblemáticos. La Rioja, La Ribera del Duero, Penedes y Jerez son algunos de los destinos principales.

 

Enoturismo en Penedés

El Penedés es una de las áreas vitivinícolas más antiguas de Europa. Se sitúa en las provincias de Barcelona y Tarragona. Se divide en las comarcas del Alto Penedés, el Garraf y el Bajo Penedés. Su ubicación entre estas grandes ciudades y el litoral es especialmente atractiva para el turismo. Gastronomía, monumentos y arquitectura se juntan con playas y parques naturales. Sus características particulares como las cavas subterráneas y los grandes viñedos atraen a los amantes del vino.

Barcelona, Sitges, Sant Sadurni d’Anoia, Sant Cugat de Vallès son algunos de los destinos obligatorios en la ruta de vino de Penedés.

Sant Sadurni d’Anoia, la cuna del cava

El 90% de la producción de cava en España tiene lugar en este entorno histórico y obligatorio en toda ruta de vino por el Penedés.

Otro número significativo es el 1872, año en el que Josep Raventó elaboró las primeras botellas de vino espumoso cava. La elaboración de los vinos espumoso sigue el método tradicional champenoise. Es el método utilizado en la Champagne de Francia y en los cavas de España, distinguiéndose con este método de otros vinos espumosos. Se considera el método más reconocido y también más caro.

Las conocidas bodegas como Cavas Codorníu o Juvé & Camps cuentan con grandes cuevas subterráneas para garantizar las condiciones óptimas en el delicado proceso de elaboración. La visita de estas cuevas es posible previa reserva.

 

 

 

Vega y Gijón es distribuidor mayorista de Cavas Marqués de Monistrol en Canarias.

Brindamos con Cava

Una fría botella de cava, unas copas y buena compañía. En las navidades, fin de año y cualquier celebración que acompañe un brindis, podemos contar con sus burbujas doradas para hacer la ocasión más sabrosa.

Cava y burbuja

Meter la burbuja en la botella no fue fácil. En 1662 el científico Christopher Merret documentó la práctica de productores de vino de añadir azúcar y melaza para un efecto espumoso. Estimula la fermentación secundaria que produce las burbujas en el vino espumosos. Casi un siglo tardó la perfección de los químicos en determinar la cantidad perfecta de azúcar que no causara la explosión de la botella. Merret estaba muy interesado en las características del vidrio. Sus apuntes sobre el azúcar eran de importancia secundaria para él, pero son una fascinante fuente de información en la historia del vino.

Cava y brindis

A finales del s XIX ya se había convertido en una bebida popular en Europa, y símbolo de apertura de festividades. Con la Revolución Francesa y la sustitución de fiestas religiosas por seculares aumentó su consumo como bebida preferida. Barcos se bautizaban con el agua bendita del champán y abrir una botella de cava en una boda, con su sonido pop a la hora de descorchar, es simbólico de la alegría y abundancia que queremos compartir. Su simple presencia y el rito de apertura está tan cargada de significado, que el consumo posterior no es obligatorio, como es el caso de ganadores de algún evento deportivo, como la Formula 1.

Los brindis, cuenta la historia, vienen de la boca de Carlos V, cuando dijo “bring dir’s” en alemán, que traduciremos como “te lo ofrezco”. A la hora del brindis, se coge la copa, en la base, para no añadir calor de la mano al líquido refrescante, se comparten buenos deseos intercambiando miradas y se pueden o no acercar con otras copas para un suave entrechoque.

Vega y Gijón, distribuidor mayorista de Cavas en Canarias, brinda con todos sus lectores y les desea ¡Felices Fiestas!